Alejandro Solalinde, sacerdote. Foto: Eduardo Miranda |
25 de octubre de 2012
MONTERREY, N.L. (apro).- La Iglesia católica en México se ha distanciado de la feligresía y sus jerarcas se han preocupado más por buscar el poder que por ayudar a la gente en estos momentos de crisis, criticó esta tarde el sacerdote Alejandro Solalinde.
La falta de acercamiento entre la autoridad eclesiástica ha provocado una deserción masiva de creyentes, lo que ha impactado directamente a la iglesia, aseguró el sacerdote.
“Está perdiendo muchos clientes, nada más. Cuarenta y seis millones de feligreses se están retirando, muchísimos. A mi no me interesan los clientes. Me interesa que esta Iglesia, no sólo la católica, sino la evangélica que forma parte de la que Cristo fundó, la gente de ahí, tan ávida de Dios, se está perdiendo ese mensaje”, afirmó.
Tras su participación en el Encuentro Mundial de Valores, el sacerdote mexiquense criticó a la institución eclesiástica por estar retirada de su pueblo, al que únicamente le da consuelo a la distancia.
“Nuestra gente está sufriendo todo tipo de violencias, está pasando todo tipo de sufrimientos, está en la orfandad y a eso agréguenle la violencia que estamos viviendo por todos lados.
“Necesita de Dios, que lo acompañe, que esté cercano, pero no un Dios que te diga de lejos: ‘Dios te ama’. No. Demuéstraselo, con hechos, como él lo hacía”, sugirió.
En conferencia de prensa posterior a su exposición lamentó que la Iglesia haya faltado en los últimos años en su misión de ser un genuino guía espiritual de la feligresía.
Al referirse a los problemas que vive el país como sociedad, el director del albergue “Hermanos en el camino”, de Ixtepec, Oaxaca, dijo que además de la Iglesia, las clases política y gobernante están retiradas del pueblo, que es ignorado de manera permanente.
“En el contexto de este México fragmentado que tenemos, hay un distanciamiento de las cúpulas. Por ejemplo: de legisladores y representantes sociales, casi no hay caminos para estar consultando sus bases. No hay referéndumes (sic), no hay encuestas, ni visitas domiciliarias.
“Estamos muy mal en ese sentido. El Ejecutivo, igual. En el gobierno, las cúpulas de cualquier tipo, casi no tienen contacto con las bases, con la gente”, señaló.
“La iglesia católica es igual: quiere contacto con todos los niveles, pero que vayan a misa. La gente que no va a misa, la que no va al templo, que no acude a las instalaciones, no existe. No está la estructura hecha para ir con la gente, para caminar con la gente de a pie, de abajo. Es una realidad. Hay una separación, una distancia de las cúpulas, con la base, con el pueblo de Dios, con la sociedad civil”, afirmó.
Los que administran el poder desde todos los ámbitos no consultan a la base para tomar decisiones desde el escritorio, pues no les importa nada más que avanzar en sus respectivas carreras, dijo.
“¿Cuántos de los presidentes municipales, gobernadores, se pelean realmente por servir? Es honor, prestigio, poder, un peldaño y quien quite, hasta presidente de la República fueran. En el caso de los obispos es igual, casi todos, digamos son decentes, pero también están formados en ese escalafón de poder. Ahorita soy obispo, pero voy a portarme bien para ser arzobispo y después cardenal y de ahí, quién quite, y se me hace la chica y voy a ser papa”, dijo.
Solalinde Guerra dijo que actualmente pende sobre él una amenaza de muerte en Ixtepec, Oaxaca, donde tiene su albergue, de un cacique del que no dio el nombre, al que acusó de tener nexos con el narcotráfico, ante la inacción del gobierno estatal que ya fue notificada de la advertencia.
“Este cacique está trabajando mucho. Ya juntó 500 pesos de cada ciudadano, es una comunidad muy pequeña, para buscar un sicario y matarme. Esto lo sabe el gobernador Gabino Cué pero el gobernador es una persona que no hace nada. Eso está en manos de la justicia y como a nivel estatal no se hace nada se está moviendo a nivel federal. La amenaza está, una de tantas, obviamente.
En mayo pasado, Solalinde tuvo que dejar el país por amenazas de muerte.
Solalinde estuvo en la jornada inaugural del encuentro con su conferencia “Coyuntura actual de los derechos humanos de las personas migrantes”.
MONTERREY, N.L. (apro).- La Iglesia católica en México se ha distanciado de la feligresía y sus jerarcas se han preocupado más por buscar el poder que por ayudar a la gente en estos momentos de crisis, criticó esta tarde el sacerdote Alejandro Solalinde.
La falta de acercamiento entre la autoridad eclesiástica ha provocado una deserción masiva de creyentes, lo que ha impactado directamente a la iglesia, aseguró el sacerdote.
“Está perdiendo muchos clientes, nada más. Cuarenta y seis millones de feligreses se están retirando, muchísimos. A mi no me interesan los clientes. Me interesa que esta Iglesia, no sólo la católica, sino la evangélica que forma parte de la que Cristo fundó, la gente de ahí, tan ávida de Dios, se está perdiendo ese mensaje”, afirmó.
Tras su participación en el Encuentro Mundial de Valores, el sacerdote mexiquense criticó a la institución eclesiástica por estar retirada de su pueblo, al que únicamente le da consuelo a la distancia.
“Nuestra gente está sufriendo todo tipo de violencias, está pasando todo tipo de sufrimientos, está en la orfandad y a eso agréguenle la violencia que estamos viviendo por todos lados.
“Necesita de Dios, que lo acompañe, que esté cercano, pero no un Dios que te diga de lejos: ‘Dios te ama’. No. Demuéstraselo, con hechos, como él lo hacía”, sugirió.
En conferencia de prensa posterior a su exposición lamentó que la Iglesia haya faltado en los últimos años en su misión de ser un genuino guía espiritual de la feligresía.
Al referirse a los problemas que vive el país como sociedad, el director del albergue “Hermanos en el camino”, de Ixtepec, Oaxaca, dijo que además de la Iglesia, las clases política y gobernante están retiradas del pueblo, que es ignorado de manera permanente.
“En el contexto de este México fragmentado que tenemos, hay un distanciamiento de las cúpulas. Por ejemplo: de legisladores y representantes sociales, casi no hay caminos para estar consultando sus bases. No hay referéndumes (sic), no hay encuestas, ni visitas domiciliarias.
“Estamos muy mal en ese sentido. El Ejecutivo, igual. En el gobierno, las cúpulas de cualquier tipo, casi no tienen contacto con las bases, con la gente”, señaló.
“La iglesia católica es igual: quiere contacto con todos los niveles, pero que vayan a misa. La gente que no va a misa, la que no va al templo, que no acude a las instalaciones, no existe. No está la estructura hecha para ir con la gente, para caminar con la gente de a pie, de abajo. Es una realidad. Hay una separación, una distancia de las cúpulas, con la base, con el pueblo de Dios, con la sociedad civil”, afirmó.
Los que administran el poder desde todos los ámbitos no consultan a la base para tomar decisiones desde el escritorio, pues no les importa nada más que avanzar en sus respectivas carreras, dijo.
“¿Cuántos de los presidentes municipales, gobernadores, se pelean realmente por servir? Es honor, prestigio, poder, un peldaño y quien quite, hasta presidente de la República fueran. En el caso de los obispos es igual, casi todos, digamos son decentes, pero también están formados en ese escalafón de poder. Ahorita soy obispo, pero voy a portarme bien para ser arzobispo y después cardenal y de ahí, quién quite, y se me hace la chica y voy a ser papa”, dijo.
Solalinde Guerra dijo que actualmente pende sobre él una amenaza de muerte en Ixtepec, Oaxaca, donde tiene su albergue, de un cacique del que no dio el nombre, al que acusó de tener nexos con el narcotráfico, ante la inacción del gobierno estatal que ya fue notificada de la advertencia.
“Este cacique está trabajando mucho. Ya juntó 500 pesos de cada ciudadano, es una comunidad muy pequeña, para buscar un sicario y matarme. Esto lo sabe el gobernador Gabino Cué pero el gobernador es una persona que no hace nada. Eso está en manos de la justicia y como a nivel estatal no se hace nada se está moviendo a nivel federal. La amenaza está, una de tantas, obviamente.
En mayo pasado, Solalinde tuvo que dejar el país por amenazas de muerte.
Solalinde estuvo en la jornada inaugural del encuentro con su conferencia “Coyuntura actual de los derechos humanos de las personas migrantes”.
Fuente: http://www.proceso.com.mx/?p=323517
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