La jerarquía eclesiástica ha brindado su apoyo a Enrique Peña Nieto a cambio
de que suprima las prohibiciones constitucionales para que los ministros de
culto puedan ocupar cargos de elección popular. Atrás quedaron, dice Manuel
Corral, vocero del episcopado, las “irrealizables” pretensiones de la Iglesia
católica de impartir educación religiosa en las escuelas públicas y de poseer
medios de comunicación. Ahora, puntualiza, se busca que dichos ministros puedan
ser, como cualquier ciudadano, gobernadores, presidentes municipales, diputados,
senadores…
El nuevo presidente dela Conferenciadel Episcopado Mexicano (CEM), quien será
electo en noviembre próximo y durará un sexenio en el cargo, tendrá como
principal encomienda política trabajar con el gobierno de Enrique Peña Nieto
para realizar los cambios legislativos que les permitan a los sacerdotes ocupar
puestos de elección popular.
El mismo Peña Nieto, como candidato ala Presidenciadela República, se
comprometió ante el pleno de obispos a emprender estas modificaciones
constitucionales para que la jerarquía católica –dijo– goce de una “libertad
religiosa plena” y sus ministros de culto puedan por fin ser gobernadores,
diputados, senadores y presidentes municipales… una vieja aspiración
clerical.
Pese a las impugnaciones contra la elección de Peña Nieto, el episcopado
siempre respaldó a las autoridades electorales que le dieron el triunfo al
candidato priista, a quien desde un principio la Iglesialo favoreció en su
carrera presidencial al presentarlo con el Papa Benedicto XVI y luego casarlo
eclesiásticamente con su actual esposa Angélica Rivera, La Gaviota.
Ahora, el episcopado realiza una amplia consulta para determinar quién lo
presidirá durante el sexenio 2012-2018. Son dos los prelados que encabezan las
preferencias: el cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de
Guadalajara, y monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Tuxtla
Gutiérrez.
El vocero del episcopado, Manuel Corral, exclama animoso ante este horizonte
promisorio que se le abre a la jerarquía con el nuevo gobierno federal:
“¡Caray! Es muy bueno que el nuevo presidente dela Repúblicay el nuevo
presidente del episcopado arranquen al mismo tiempo en sus respectivos cargos.
Los dos empiezan y salen al mismo tiempo; así comenzarán de cero, libres de
ataduras. ¡Eso es muy bueno!”.
–¿Cuáles son los asuntos pendientes que el episcopado tiene con Peña
Nieto?
–Una apertura completa en el tema de la libertad religiosa. No debemos
quedarnos estancados en los hechos del pasado. Debemos ver sin miedo al futuro y
darle una visión diferente a las cosas.
–Pero ese tópico es muy amplio. ¿Pondrán énfasis en algún punto?
–Sí, claro, en el acceso a cargos de elección popular. La ley civil no debe
prohibirles a los ministros de culto desempeñar cargos públicos como cualquier
otro ciudadano. Eso se llama discriminación. Ya hay organismos en México que la
combaten, como el Consejo Nacional para Prevenirla Discriminación.Sinembargo,la
Iglesiaha quedado fuera de estas políticas y sigue siendo víctima de la
intolerancia. La Iglesia no afecta a nadie, al contrario, siempre ha sido
fundamental para la cohesión social de los pueblos.
“Durante su campaña, Peña Nieto nos dijo que está a favor de la libertad
religiosa plena. Mantiene esa postura. Bueno, pues habrá que recordarle e
insistirle en que termine de configurar esa libertad dentro del marco jurídico.
Por fortuna es un hombre joven que no está prejuiciado con antecedentes
ideológicos e históricos que otros pudieran tener. Pertenece a una nueva
generación que ve las cosas desde otro punto de vista”.
Corral alude a la promesa que, el pasado 19 de abril, Peña Nieto les hizo a
los más de 100 obispos del país reunidos en la sede del episcopado, en Lago de
Guadalupe, Estado de México. Ahí –bajo el enorme crucifijo del salón plenario de
la CEM–, el entonces candidato a la Presidencia se comprometió a apoyar las
reformas constitucionales que pide la jerarquía en materia de libertad
religiosa.
“Esta libertad beneficia sobre todo a las personas, más que a las
instituciones. A la libertad religiosa plena la considero un gran logro social”,
dijo.
Ante todo, realismo
De ahí que, dice ahora Corral, el episcopado no negociará con el nuevo
gobierno algunos cambios constitucionales incluidos en el tema de la libertad
religiosa –como obtener medios de comunicación masiva o impartir instrucción
religiosa en las escuelas públicas–, sino que sólo se concentrará en obtener
cargos públicos para sus sacerdotes y lograr que enla Constituciónse quite el
término de “libertad de creencia y de culto”.
Sobre este punto explica: “Queremos que en la Constitución, el término
‘libertad de creencia y de culto’ se suprima porque ese tipo de libertad es sólo
una expresión externa de la fe que, además, es regulada por el Estado. Ese
concepto debe suplantarse por el de ‘libertad de religión’, un derecho humano
fundamental que el Estado no puede regular. La libertad de religión no la puede
prohibir nadie. De esta manera, los artículos en los que se incluye aquel
concepto, como el 3, el 27 y el 130, deben modificarse”.
–¿Por qué ahora desisten de pedir cambios constitucionales para poder
impartir instrucción religiosa en las escuelas públicas? –se le pregunta.
–Esa pretensión es inviable. Se requerirían alrededor de un millón de
maestros para dar religión en las escuelas. ¿Quién les pagaría? ¿Dónde
recibirían formación? Pero además qué político o qué partido se atreverían en
estos momentos a promover una modificación al artículo 3 constitucional para
hacer ese cambio. ¡No! Debemos ser realistas; el objetivo dela Iglesia es
evangelizar donde pueda hacerlo, como en las parroquias, las familias o las
organizaciones católicas dedicadas a eso.
“La versión de que pretendemos dar instrucción religiosa en las escuelas es
sobre todo un mito propagado por los masones, principalmente porla Iglesia
Luzdel Mundo que es una extensión de la masonería. Pero no hay tal cosa, es
querer espantar con el petate del muerto”.
–¿Y tampoco pretenden modificar la ley para poder poseer medios de
comunicación masiva?
–Tampoco, porque ya tenemos varios medios de comunicación. Por ejemplo, las
diócesis tienen sus propios periódicos registrados y sus respectivas páginas de
internet. Hay diócesis que tienen hasta estaciones de radio. Y aunque manejado
por laicos, está operando el canal de televisión católica Mariavisión. Según
encuestas, los sacerdotes mexicanos son los que más utilizan las nuevas
tecnologías para evangelizar; un 32% se vale de las redes sociales.
–¿En estos días, han tenido contacto con el equipo de transición de Peña
Nieto para tratar estos asuntos?
–No, oficialmente no. Hay sólo encuentros informales. Por ejemplo, el actual
presidente del episcopado, monseñor Carlos Aguiar Retes, ha coincidido con Peña
Nieto en algunos eventos en los que simplemente se saludan y charlan un rato. En
cualquier momento empezarán a darse las reuniones formales. Sólo esperamos que
Peña Nieto designe a la persona encargada de tener la interlocución con el
episcopado, como lo fue durante su campaña el señor Roberto Herrera, entonces
encargado de llevar los asuntos con las Iglesias. Con él sí llegamos a tener
encuentros más formales. Era el enlace de las diócesis con el candidato durante
sus recorridos de campaña.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista
Proceso 1873, ya en circulación)
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Fuente: http://ht.ly/dUX07
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